Nota.— Michael Roberts es un economista británico que ha cultivado el marxismo durante más de 40 años. Se le puede considerar uno de los teóricos más importantes del pensamiento económico marxista contemporáneo. Ha trabajado como analista económico en la City de Londres por décadas y es el editor del blog The Next Recession. Nuestro colaborador Santiago Díaz lo entrevistó recientemente desde Argentina, luego de escribir y publicar en nuestro semanario un artículo intitulado “La acumulación por desposesión a debate”. Compartimos la conversación.
En relación a un texto que publiqué días atrás en Kalewche, donde polemizo con algunas de las premisas teóricas centrales de la noción de “acumulación por desposesión” acuñada por el geógrafo estadounidense David Harvey, me hiciste algunas observaciones y señalamientos por demás interesantes. ¿Podrías desarrollar algunos de esos nudos problemáticos?
En mi opinión, Harvey desestima la teoría de Marx sobre la explotación o el valor como base para la extracción imperialista en los países periféricos, el llamado Sur Global. En su opinión, la extracción de valor se produce a través del robo de la propiedad y el control de los recursos mediante la violencia. Esto recuerda al período colonial del imperialismo anterior a la expansión mundial del modo de producción capitalista, cuando las potencias coloniales del Norte ocupaban militar y políticamente el resto del mundo.
Pero eso no es la explotación imperialista moderna. Principalmente, esto se manifiesta ahora, no en la ocupación y saqueo de un país, sino a través de empresas capitalistas multinacionales y nacionales que explotan a la fuerza de trabajo para acumular ganancias y capital, gran parte de los cuales se transfieren a través del comercio, los precios internos y los flujos de capital hacia el núcleo imperialista.
Al adoptar una teoría obsoleta y negar el poder de la acumulación impulsada por el beneficio, Harvey corre el riesgo de confundir la naturaleza de la lucha de clases. Además, no hay evidencia empírica de su teoría, mientras que hay mucho respaldo para el análisis de Marx sobre el imperialismo moderno.
Confundir la caracterización en torno a la naturaleza de la lucha de clases podría tener consecuencias catastróficas, tanto en términos tácticos como estratégicos. Respecto a esto, en tu opinión, ¿cuál es la principal contradicción del modo de producción capitalista?
La contradicción crucial del modo de producción capitalista es entre la búsqueda de ganancias y las necesidades sociales de la humanidad. Es así de simple. En el modo de producción capitalista, nada se producirá, nadie será empleado, a menos que genere ganancias. La producción no es para la necesidad social. No es para los bienes y servicios que la humanidad encuentra útiles. La producción solo se realiza para beneficio de los propietarios de los medios de producción (un grupo muy pequeño de personas, aproximadamente el 1%). El resto de nosotros debe trabajar y solo obtiene un sustento trabajando para estos propietarios.
Y aquí hay otro aspecto de esta contradicción crucial. La acumulación de capital, por más que intente obtener valor de los trabajadores, con el tiempo no puede obtener suficiente ganancia para justificar invertir y producir. Marx muestra que hay una creciente contradicción entre elevar la productividad de la fuerza laboral con nueva tecnología, máquinas, etc., que desplaza el trabajo y la rentabilidad resultante de ese proceso. Hay una tendencia a que la rentabilidad de la acumulación de capital disminuya con el tiempo.
Marx llamó a esto la ley más importante de la economía política porque mostraba que el modo de producción capitalista no podría seguir manteniendo niveles de producción cada vez más altos y en su lugar se deterioraría, intercalado con crisis o recesiones regulares y recurrentes en la producción, la inversión y el empleo (ha habido más de 50 de estas recesiones desde la década de 1850, y en el siglo XXI hemos experimentado las dos recesiones más profundas en la historia del capitalismo, 2008-9 y 2020). El capitalismo nunca ha sido el único sistema de producción, y es tan transitorio en el desarrollo humano como los sistemas anteriores: las economías esclavistas, el feudalismo y el absolutismo. No puede llevar a la humanidad a la libertad del trabajo y la prosperidad, en armonía con la naturaleza.
En este sentido, ¿qué relevancia tiene la llamada ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia en la explicación del imperialismo actual?
La ley de rentabilidad de Marx dice que, con el tiempo, en promedio, la tasa de ganancia sobre el capital invertido tenderá a disminuir, y ha estado disminuyendo. En las economías capitalistas avanzadas, una forma de evitar esta tendencia fue exportar capital al extranjero, donde los salarios son más bajos. Había un suministro abundante de mano de obra y la tasa de rentabilidad era mucho más alta. El imperialismo moderno, que comenzó a fines del siglo XIX y ha continuado hasta hoy, es así un producto del capital que se extiende por todo el mundo para sostener la rentabilidad. Un número muy pequeño de países imperialistas, con sus empresas multinacionales, pueden extraer ganancias adicionales a través de la superioridad tecnológica en el comercio, el control de las finanzas y la libre circulación de capital.
Una última pregunta. En tu opinión, ¿qué elementos debe reconocer la teoría de la dependencia para desarrollar análisis sólidos y rigurosos acerca del patrón de reproducción de capital latinoamericano?
La teoría de la dependencia ha sido importante para tratar de explicar la explotación del Sur Global por el núcleo imperialista, y por qué no será posible para los países del Sur Global alcanzar al núcleo imperialista del Norte en ingresos, tecnología y comercio. La membresía del núcleo imperialista está cerrada. La teoría de la dependencia muestra que la idea de que los más pobres eventualmente estarán entre los ricos, no es válida.
Sin embargo, algunas corrientes de la teoría de la dependencia consideran que, si los países del Sur Global adoptan medidas para regular el comercio y los flujos de capital y desarrollan cierta inversión estatal, entonces pueden romper la barrera. La evidencia de los últimos cincuenta años ha demostrado que esto no es cierto. La brecha entre países ricos y pobres no se ha reducido (con la excepción de China y algunos pequeños estados asiáticos). La industria y la tecnología en el Sur Global siguen siendo limitadas o están bajo el control de empresas imperialistas. Solo una transformación social radical de estas economías, donde los capitalistas imperialistas y nacionales pierdan el control de la inversión y la producción, podría iniciar el proceso de «ponerse al día».
Mientras tanto, el núcleo imperialista es dominante en tecnología, comercio y finanzas. En mi opinión, eso significa que una variante de la teoría de la dependencia que argumenta que algunos grandes países del Sur Global son “subimperialistas”, es decir, explotan a sus vecinos en sus regiones, no es convincente. Otra variante dentro de la teoría de la dependencia es que la transferencia de ganancias del Sur al Norte se realiza a través de salarios bajos, en particular salarios por debajo de las condiciones más básicas para vivir, es decir, la superexplotación. Sin duda, este es un factor, pero no es la causa principal de la transferencia de ganancias. Es la simple explotación –en el sentido marxista clásico– por parte de multinacionales que dominan la tecnología y los mercados.