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Kamal Rolando Astarita

Otra burrada de Milei

11 de mayo de 20253 de agosto de 2025
Kalewche

Ilustración de Matt Rota para The Guardian (2023).


En el Latam Economic Forum 2025, realizado en la ciudad de Buenos Aires el jueves 8 de mayo, «disertó» Javier Milei. El gurú-presidente neoliberal volvió a divagar y fanfarronear –por enésima vez– sobre la política monetaria y cambiaria de su desastroso gobierno, sermoneando a su muy burgués auditorio –¿cuándo no?– con ideas confusas y ejemplos estrafalarios. Esto fue exactamente lo que dijo:
“…lo que hay que entender es que, si el dinero es un bien de intercambio indirecto, quiere decir que ustedes lo demandan porque sirve para comprar otros bienes. Por ejemplo, ustedes le venden trabajo a su empleador a cambio de pesos, para con esos pesos comprar otros bienes… No sé si se dan cuenta de que acabo de usar un formato a la Rothbard para destruir la teoría de la explotación: ustedes le compran dinero a su empleador. Se acabó la teoría de la explotación. Digo, sólo por plantear la discusión de una manera distinta, se termina con la teoría de la explotación, salvo que los trabajadores estén explotando a los empresarios, ¿no?, porque son los que compran dinero a cambio de trabajo.”
Reproducimos la última entrada del blog de Rolando Astarita, donde el economista marxista y profesor de la UBA refuta con solvencia la sofistería «austríaca» del mandatario argentino, probablemente el más fanático y verborrágico de todos los demagogos de derecha que se han sentado en el sillón de Rivadavia. Como buen materialista dialéctico que es, Astarita deja al descubierto cuán necio, cuán falaz resulta pensar la economía de modo abstracto y ahistórico, de manera formalista y estática, sin tener en cuenta las relaciones sociales y los procesos estructurales del capitalismo, un sistema signado por la desigualdad de clases y la lógica de acumulación (concentración de la riqueza, que supone también la concentración del poder).


En un discurso que pronunció en ocasión de la undécima edición del Latam Economic Forum –un encuentro de empresarios–, el presidente Milei sostuvo que “los trabajadores no son pagados por su labor, sino que lo que hacen es comprar pesos con su trabajo”. Y agregó: “acabo de destruir la teoría de la explotación”. Un disparate.

En primer lugar, lo que Milei llama “la teoría de la explotación del trabajo asalariado” es la de Marx, y se basa en la teoría del valor-trabajo. Como sabe cualquier persona con un mínimo de instrucción en economía política, esa teoría sostiene que el trabajo es la única fuente del valor de las mercancías. De ahí se explica la explotación del asalariado: el obrero vende su fuerza de trabajo por determinado valor; y con su trabajo, reproduce ese valor y agrega el plusvalor, del que se apropia el capitalista. Contra lo que dice Milei, este razonamiento de Marx no tiene que ver con la distinción entre compra y venta.

En segundo término, y según la teoría de la explotación de Marx, el obrero no vende su trabajo (como dice Milei, como pensaba Ricardo) sino su fuerza de trabajo. El trabajo, como señaló Marx, no tiene valor, pero es el fundamento del valor. La pregunta por el valor del trabajo no tiene sentido (es el equivalente a preguntarse, en el campo de la teoría subjetiva, por el valor de la utilidad). Si Milei quiere refutar a Marx, lo mínimo que se le puede pedir es que conozca las nociones elementales.

En tercer lugar, es un error, y grave, pensar que podemos sustituir «compra» por «venta», y «venta» por «compra» sin socavar las categorías teóricas más elementales de la economía política. Es que, si la venta equivale a la compra, y viceversa, estamos en una economía de trueque. Es el escenario de la ley de Say (en su versión «fuerte»); pero no es lo que ocurre en una economía monetaria. La razón de fondo es que el dinero introduce un cambio cualitativo con respecto al trueque. Esto es, la operación Mercancía – Mercancía, propia del trueque, se escinde en dos procesos, la venta (Mercancía – Dinero) y la compra (Dinero – Mercancía). Con lo cual se plantea la posibilidad de la separación temporal y espacial de ambas operaciones y, eventualmente, el estallido de una crisis. Esta puede ocurrir si, por algún motivo, muchos productores venden y atesoran en lugar de comprar inmediatamente, como predice la ley de Say.

En cuarto término, lo característico del mercado laboral capitalista es que el comprador, “se presenta al mismo tiempo como poseedor de los medios de producción, que constituyen las condiciones objetivas para que el poseedor de la fuerza de trabajo la gaste de forma productiva”1. Estamos, por lo tanto, ante una relación social. De nuevo, en palabras de Marx: “Es compra y venta, relación dineraria, pero una compra y una venta en las que se presuponen el comprador como capitalista y el vendedor como asalariado, y esta relación está dada por el hecho de que las condiciones para que se efectivice la fuerza de trabajo –medios de subsistencia y medios de producción– están separadas como propiedad ajena, del poseedor de la fuerza de trabajo”2. O sea, la relación capitalista, que sale a la luz en el proceso de producción ya existe en la circulación, en las distintas condiciones en que se enfrentan comprador y vendedor.3 Por eso, el obrero está obligado a vender su fuerza de trabajo a cambio de entregar plustrabajo gratis al capitalista. Si no lo hace, caerá en la indigencia.4 Esta coerción no se borra con estúpidos juegos de palabras del tipo digo compra donde dije venta y digo venta donde dije compra.

En conclusión, estamos ante otra fanfarrona (“acabo de destruir la teoría de la explotación”) burrada de Milei. ¿Será la razón por la que los empresarios lo aplauden extasiados?

Rolando Astarita


NOTAS

1 Marx, El capital, t. II, p. 37.
2 Ibid.
3 Ibid., p. 38.
4 Sobre este punto y Milei, véase en mi blog el artículo “Libertad para morirse de hambre”, publicado el 12 de junio de 2022.

Etiquetado en: capitalismo Javier Milei ley de Say mercancía teoría de la explotación teoría del valor-trabajo trabajo asalariado

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