Bañistas en el bosque, de Pablo Picasso.


Nota.— Recientemente publicado, el libro Nadie nace en un cuerpo equivocado, de José Errasti y Marino Pérez Álvarez (Bilbao, Deusto, 2022) ya ha provocado enconadas polémicas y algunos actos de censura, lo cual habla menos de los contenidos de libro que de las simplificaciones, maniqueísmos e incapacidad para comprender y analizar argumentos que caracterizan al clima intelectual emocionalizado en que vivimos. La obra que aquí se reseña somete a crítica un tipo de abordaje de una problemática actual, sin desmerecer o ignorar la problemática en sí, ni mucho menos a las personas implicadas en la misma y a su sufrimiento. Pero sus autores (psicólogos y docentes universitarios) sostienen que el abordaje queer de la transexualidad, además de ser de una simpleza inaudita, no es el único abordaje posible; muestran que hay abordajes diferentes, algunos de los cuales han sido expuestos y defendidos por intelectuales trans (como Miquel Misse). El libro se aparta de las respuestas de «talle único» (bloqueadores, hormonación y operaciones para todes), e historiza un fenómeno ya de por sí complejo: de hecho, el análisis histórico-sociológico que ofrecen, basado en la comprensión de tendencias y modificaciones ocurridas en el mundo contemporáneo, excede largamente a la problemática trans y resulta muy iluminador para comprender la vida contemporánea en general. Muestran también cómo cierto enfoque supuestamente disruptivo refuerza en realidad los estereotipos sexuales más rancios. El libro desnuda la debilidad filosófica del enfoque queer, que asume que poseemos una esencia ahistórica, asocial y completamente individual, que puede encarnar en un cuerpo equivocado; pero también ofrece maneras alternativas de pensar, más prudentes y mesuradas que el llamado «enfoque afirmativo» (al que de todos modos no se descarta, pero no se considera la única solución válida para todos los casos) basado en intervenciones médicas de alto impacto (algunas irreversibles) y que se está aplicando a edades cada vez más tempranas. Ofrecemos aquí una reseña escrita por Juan Gérvas y por Mercedes Pérez-Fernández, dos de las figuras más destacadas de la sanidad pública con enfoque social y crítica de la rapacidad de la industria farmacéutica.
Juan Gérvas es doctor en Medicina, exprofesor de salud pública, médico general jubilado, integrante del Equipo CESCA, Madrid, España. jjgervas@gmail.com https://t.me/gervassalud. Mercedes Pérez-Fernández, es especialista en Medicina Interna. Médica general jubilada, integra el Equipo CESCA, Madrid, España. mpf1945@gmail.com. Son dos de las figuras más señeras de la medicina social en España, y han publicado libros fundamentales, como Sano y salvo (2013), La expropiación de la salud (2015) y El encarnizamiento médico con las mujeres (2016).

¿De qué trata el libro? De la narrativa queer que hace creer en el dualismo, una disociación entre el cuerpo y el alma. De la narrativa queer que hace creer que habitamos un cuerpo como quien habita un domicilio y que podemos autodeterminar el sexo como podríamos autodeterminar la fecha de nacimiento. De la narrativa queer que simplifica y supervalora la subjetividad respecto al sexo, la sexualidad y el género (el papel y normas que atribuye la cultura y la sociedad a cada sexo) y promueve que cualquier persona puede elegir ser quien desee, incluso fuera de los límites de lo posible. De la narrativa queer que todo lo transforma en género, en cuestión atribuible. Del postestructuralismo y del posmodernismo. Del borrado de las mujeres al llevar a su extremo la narrativa queer. Del falso triunfo del espíritu sobre la materia, del falso reino de lo subjetivo sobre lo objetivo, de la falsa conquista de las reglas de la Naturaleza por el “yo” libre de toda restricción biológica.

¿Qué es queer? La palabra inglesa queer como sustantivo significa «maricón», «homosexual», «gay» y se ha utilizado de forma peyorativa en relación con la sexualidad, designando la falta de decoro y la anormalidad de las orientaciones lesbianas, homosexuales y otras. El verbo transitivo queer expresa el concepto de «desestabilizar», «perturbar», «jorobar»; por lo tanto, las prácticas queer se apoyan en la noción de desestabilizar normas que eran consideradas apropiadas y correctas.  El adjetivo queer significa «raro», «torcido», «extraño».

¿Qué es la teoría queer? Se ha puesto de moda la sorprendente teoría de que en realidad no se debe tener en cuenta los genitales de la criatura para definir su sexo al nacer, ni se le debería poner nombre, antes de que ésta lo manifestara. Teoría que está llevando al cambio y a la eliminación de la variable “sexo” en los registros civiles, incluyendo los certificados de nacimiento. La teoría queer sostiene que el sexo no es una característica biológica sino una atribución social, un constructo performativo que crea conflictos por llevar a la confirmación de lo atribuido, en contra de lo sentido. Sostiene la teoría queer que el cuerpo nombrado como “varón/niño” se verá impelido a serlo, y otro tanto el nombrado “mujer/niña”, lo que generará conflictos sin fin y un gran sufrimiento. Según la teoría queer todo lo que existe es género y sentimiento, y de ahí el poder sentir que se ha nacido en un cuerpo equivocado y la necesidad de proteger y defender lo trans, la disforia y disconformidad-disidencia de sexo, la sensación de habitar un cuerpo del sexo equivocado. Se pretende la existencia de un centro cerebral en que reside el verdadero sexo, que puede ser “azul o rosa”, y coincidir o no con el sexo “asignado” al nacer; en caso de discordancia, la teoría queer promueve la autodeterminación del sexo y la intervención farmacológica y quirúrgica médica de “perfeccionamiento” de la anatomía y fisiología para adecuar el centro cerebral a la expresión corporal. El odio al propio cuerpo no es raro en la adolescencia, y se suele superar, pero la teoría queer lo transforma en trans y los adolescentes ya no necesitan auto-herirse ni auto-dañarse, a las chicas los médicos les extirpan útero y anexos, y mamas, y a los chicos el pene y los testículos, además de otras cirugías y de aplicarles medicamentos fuera de la ficha técnica (de uso apropiado autorizado). La teoría queer es una rama del posmodernismo, filosofía en cuyo principal órgano científico de difusión lograron publicar un artículo en que se reivindicaba en falso que la gravedad era un constructo social. Es decir, lograron publicar en 1996 un texto engañoso que reivindicaba que existe la gravedad porque todos estamos de acuerdo en que exista y dejaría de existir si dejásemos de creer en ella (el escándalo Sokal), como sucede con el sexo. En 2017 y 2018 se logró algo similar (el escándalo Sokal al cuadrado) publicando estudios del agravio, bulos aceptados en revistas de estudios culturales, queer, de raza, de género, de aceptación de la obesidad, y de la sexualidad. La teoría queer lleva a una ciencia cegada por la ideología. La teoría totalitaria queer pretende el borrado de las mujeres, pues considera ofensivo el propio término mujer. En su extremo, se niega el uso de palabras y expresiones como vagina (“agujero delantero”), lactancia materna (“lactancia pectoral”), etc. Nada como la revista científica médica The Lancet denominando a las mujeres “cuerpos con vagina”, como si fueran ratas o vacas.

¿Qué pretenden los autores con el libro? Los autores defienden la razón y la libertad de expresión, especialmente humilladas en el ámbito universitario donde nació la teoría queer. Los autores promueven la función crítica y libre de la universidad ante el hecho de que sucumbe progresivamente, en el mundo y también en España, a la hegemonía moralizante que encarna hoy la ideología queer en un número cada vez mayor de disciplinas. La razón cede ante los sentimientos y se pretende no desagradar ni hacer pensar a los estudiantes. Defienden que los extremos de la teoría queer son esperables en un mundo narcisista en que se busca la singularidad con ahínco, y en que la izquierda diletante ha renunciado a la lucha de clases y promueve una justicia social que asigna un pecado original a los blancos (son racistas), los varones (son machistas) y los heterosexuales (afectados de homo y transfobia de nacimiento). Los autores se aplican a desenmascarar la versión exagerada, unilateral y sesgada sobre lo trans que invade los medios de comunicación y las redes sociales, la política, la educación, la industria del entretenimiento y la sociedad. Defienden los derechos trans, como los derechos de todas las minorías, pero someten a deconstrucción todas las variantes totalitarias e intransigentes de ese discurso sectario, plagado de inconcreciones y contradicciones, que ya se ha incorporado al ordenamiento jurídico con fuertes sanciones a los discrepantes. Los autores demuestran el absurdo de la generalización de las identidades sentidas, cambiantes y fluidas que acepta signos inequívocos desde la más tierna infancia que tienen en común la negación del sexo “asignado”. Denuncian el rancio sexismo de atribuir el sexo sentido a simples sanos comportamientos infantiles de niños que gustan jugar con las muñecas, y lo “rosa”, y de niñas que disfrutan jugando al fútbol, y con lo “azul”, o el mencionado odio al cuerpo y discrepancia con el género de adolescentes sanos inconformistas. Los autores son valientes, pues el extremismo queer no tiene prudencia; buen ejemplo es el rechazo violento al libro comentado, en cuya presentación, en Barcelona, hubo que recurrir a la policía ante las amenazas, incluso, de quemar la librería en que se realizaba el acto. También las anulaciones de actos previstos sobre el mismo, con participación de sus autores, en las universidades de las Islas Baleares y Valencia. Asimismo, la quema pública del libro por estudiantes universitarios. La justa defensa de los derechos de una minoría mediante la teoría queer (trans, y en general LGTBI+) no tiene por qué implicar el aplastamiento de los derechos de una mayoría (niñas y mujeres). Llevado a su extremo, lo queer políticamente correcto destruye la sociedad. El sueño de la razón crea monstruos, que sintetizó Goya.

¿Qué dice el libro respecto al sexo? Que el sexo no se asigna sino que se identifica y se reconoce al observar los genitales externos. Que el sexo no es continuo sino discontinuo, pues se es varón o mujer, y que si hay casos de intersexualidad (un 0,02%) son variantes esperables, como en todo hecho biológico. Que el sexo no es una vivencia interna ni un constructo social. Que el sexo tiene existencia real y no es una construcción performativa. Que los bebés nacen con sexo, fácilmente reconocible por los genitales externos e identificable por la existencia de los cromosomas XY o XX en todas sus células, y en los raros casos de dificultad de asignación del sexo, o de alteraciones cromosómicas nos encontramos con las variaciones esperables en todo fenómeno biológico. Que el sexo es objetivo, no subjetivo. Que el sexo es característica básica de los seres vivos sexuados, por tanto de los mamíferos y de los humanos. Que el sexo (biología) no está supeditado al género (sociología). Que el sexo es clave en la sexualidad humana y en la reproducción donde el macho aporta un gameto pequeño (espermatozoide) y la hembra un gameto grande (oocito). Que esta distribución de gametos es discontinua y no hay situaciones intermedias. Que la sexualidad es una potentísima fuente de placer y contento, también de problemas y sufrimiento. Que lo que parece razonable, el reclamar respeto y derechos para las distintas identidades de género y orientaciones de la sexualidad, se ha convertido para muchos en una religión con sus fanáticos dispuestos a considerar insultante y destructor de lo queer y transfobia a cualquier discrepancia, incluyendo el escribir estas líneas.

¿Logrará el libro parar la intolerancia queer? Probablemente no. Está calando en la universidad y en la sociedad que el sexo se atribuye, no se identifica, y que los médicos hacen un diagnóstico clínico del sexo en el recién nacido y que muchas veces “se equivocan” fiados de la biología. La intolerancia queer está permeando el razonamiento de la izquierda, de forma que ahora ve la crítica a lo queer como nazismo, y toda discrepancia con el pensamiento único, se paga con anatema y ostracismo. Para hacernos idea de la implantación extrema de la teoría queer, nada como el caso de las transfusiones en Escocia, donde, en la actualidad, se incluye una pregunta general a contestar obligatoriamente por todos los potenciales donantes de sangre sobre si están embarazadas o lo han estado en algún momento de su vida. Por consecuencia, se ha rechazado la donación de un varón de 66 años, que lleva 50 donando, al negarse a responder lo que le parece absurdo. El Servicio Nacional Escocés de Transfusiones aduce que con ello promueve la inclusión, y que el embarazo no es siempre visible. En otro ejemplo, los varones que se autoatribuyen sexo femenino sin cambiar en nada sus atributos masculinos, los cuales, cuando terminan cometiendo faltas que llevan a condena en prisión de mujeres, dejan embarazada a alguna compañera. O los problemas en el deporte y en las profesiones a las que se accede con pruebas deportivas, también con varones autoatribuidos mujeres que compiten con ventaja evidente frente a las mujeres de nacimiento. En otro ejemplo, el problema de estos varones autoatribuidos mujeres invadiendo los espacios seguros para las mujeres nacidas como tales, así los cuartos de baño, probadores de ropa, vestuarios de gimnasios y piscinas, saunas, etc.

Síntesis

Compre y lea el libro Nadie nace en un cuerpo equivocado mientras no se convierta en un libro prohibido por el Ministerio de la Verdad, instaurado en España y en la Unión Europea para evitar la discrepancia científica e intelectual recortando la libertad de expresión mediante la censura.

La herencia de la pandemia covid-19 es el incremento del totalitarismo político y social, y ello ayuda a dar alas a la intolerancia extrema queer.

Juan Gérvas y Mercedes Pérez-Fernández

Bibliografía

  • Barbijaputa. ¡Sois todas de Vox!
    https://blogs.publico.es/barbijaputa/2022/05/12/sois-todas-de-vox
  • Errasti J, Pérez-Álvarez M. Nadie nace en un cuerpo equivocado. Éxito y miseria de la identidad de género. Deusto (Bilbao). 2022
  • Grupo de Ética de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria. Protección a menores con disconformidad-disidencia de sexo-género. Mayo 2022
    https://ecamfic.wordpress.com/2022/05/09/proteccio-als-menors-amb-disconformitats-dissidencies-de-sexe-genere/