Ilustración: detalle del tapiz A refugee camp, a military watchtower, and the apartheid wall, por Rani Sharabati (diseño) y Jan Chalmers (bordado). Fuente: www.palestinianhistorytapestry.org



Nota.— Graves sucesos han ocurrido en Medio Oriente durante las últimas horas. El sábado 7 de octubre, Hamás y otras milicias islamistas radicales de Palestina realizaron un ataque relámpago desde la vejada Franja de Gaza contra varios territorios del sur de Israel, en lo que se ha dado en llamar “Operación Diluvio de Al-Aqsa”. De inmediato, el Tzahal, por orden del gobierno ultraderechista de Netanyahu, lanzó una contraofensiva aún más brutal y cruenta: la llamada “Operación Espadas de Hierro”. La escalada del conflicto israelí-palestino ya ha provocado centenares de muertos y miles de heridos, civiles en su mayoría.
Como siempre en estos casos, hay una avalancha de noticias falsas o parciales escandalosamente tendenciosas, así como una catarata de pronunciamientos de repudio y solidaridad basados en el doble estándar moral, la memoria y desmemoria selectivas, y la descontextualización más obscena. La prensa hegemónica de Occidente carga todas las tintas en el terrorismo y fundamentalismo islámicos, sin duda repudiables; pero nada dice de la política chovinista, militarista, expansionista, segregacionista y de «limpieza étnica» del gobierno israelí contra el pueblo palestino, que es la causa fundamental –originaria y principal– del conflicto. Nada dice tampoco, por supuesto, de la descarada connivencia imperialista de Estados Unidos y la OTAN con el sionismo de derecha.
Desde Kalewche nos solidarizamos con el pueblo palestino y su lucha por la autodeterminación nacional, nos condolemos por la mortandad de civiles de ambos bandos y hacemos un llamamiento por la paz; a la vez que repudiamos el terrorismo político, el fundamentalismo religioso y el nacionalismo étnico, tanto de Israel como de Hamás.
En espera de buenos artículos de análisis y opinión con perspectiva crítica de izquierdas (en estas primeras horas solo circulan notas puramente informativas o noticiosas), traducimos del francés el comunicado que dio a conocer ayer a las 16 (hora de París) la Association France Palestine Solidarité (AFPS), desde su página web, bajo el título “Gaza: l’échec de la politique israélienne d’enfermement du peuple palestinien”.
Un esbozo explicativo de urgencia, muy somero y básico pero no carente de interés como primera aproximación en caliente, es “Gaza e Israel: las cuatro causas de la guerra”, de Jorge Elbaum, publicado en el diario Página/12 de Argentina.


La ofensiva realizada desde la Franja de Gaza por grupos armados palestinos, reivindicada en particular por Hamás, es de una magnitud inédita. Se tomaron instalaciones militares israelíes, sobre todo en Sderot y en el paso fronterizo de Karem Abu Salem, único paso de mercancías desde que el bloqueo a Gaza se endureció. En simultáneo, se arrojaron miles de cohetes en un ataque masivo que frustró el sistema de defensa antimisiles de Israel.

Es importante, en primer lugar, describir esta acción como lo que es: una operación militar de los débiles contra los fuertes, teniendo en cuenta que el ejército israelí es uno de los más fuertes y mejor equipados del mundo. Deploramos que haya civiles muertos en ambos bandos y advertimos contra el uso del término «terrorista», que siempre se ha esgrimido contra los movimientos de resistencia.

También debemos recordar el contexto de esta acción, que acontece en un momento en que el ejército y los colonos israelíes agreden y maltratan a diario a los habitantes de Cisjordania, causando la muerte de 237 palestinos desde principios de año, entre ellos cincuenta menores. En Gaza, desde el 13 de septiembre, las manifestaciones pacíficas cerca de la frontera este de la Franja de Gaza han dejado al menos seis muertos y cincuenta heridos, entre ellos dos periodistas palestinos.

Para los palestinos, esta época de fiestas judías es también sinónimo de restricciones cada vez mayores y de reiteradas provocaciones contra la Explanada de las Mezquitas y la mezquita de Al-Aqsa, en desafío a los acuerdos internacionales. Por último, cabe recordar que el gobierno israelí de ultraderecha, racista y supremacista, ha hecho de la colonización el primer punto de su agenda oficial: desde principios de año, se ha producido una aceleración espectacular de las operaciones de colonización, limpieza étnica y represión contra el pueblo palestino.

Esta operación militar de los grupos palestinos, que sigue en curso, es un amargo fracaso para la doctrina israelí de «seguridad total», que pretende encerrar a los palestinos en barreras impenetrables, imponiéndoles condiciones de vida insoportables. El bloqueo de Gaza, que dura ya más de 17 años, es un castigo colectivo prohibido por el derecho internacional: es una vergüenza para Israel y para todos los estados que lo toleran; es uno de los componentes del régimen de Apartheid impuesto por el Estado de Israel al pueblo palestino.

No habrá paz sin una perspectiva política, y no habrá perspectiva política sin sanciones contra Israel, para que así ponga fin a este régimen opresor y cumpla el derecho internacional y las resoluciones de la ONU, en particular el fin de la ocupación, de la colonización y de la conculcación de los derechos del pueblo palestino.

En un momento en que el primer ministro israelí anuncia lo peor, adoptando la retórica más extremista del “precio a pagar”, pedimos a las autoridades francesas y europeas que envíen un mensaje firme al Estado de Israel de que no aceptarán una nueva operación militar contra la población palestina, en particular en la Franja de Gaza.

Al momento de publicar este comunicado, la información de que disponemos indica que 160 palestinos han muerto y mil han resultado heridos como consecuencia de los bombardeos aéreos y marítimos israelíes sobre la Franja de Gaza. Debemos exigir al Estado de Israel que ponga fin de inmediato a estos bombardeos criminales. El pueblo palestino también tiene derecho a la seguridad, y es urgente que Francia y los organismos internacionales se tomen en serio su protección.

Buró Nacional de la AFPS