Nota.— Nos honra publicar en Naglfar, la sección literaria de Kalewche, una selección de poemas de la escritora argentina Nora Bruccoleri, una de las poetas más destacadas y comprometidas de Cuyo. Nuestra autora nació en 1956 en la provincia de Mendoza, donde ha vivido siempre. Poeta y maestra jubilada tras casi 40 años de docencia en diferentes escuelas primarias, milita en el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), la agrupación de mujeres Pan y Rosas y la Corriente Nacional 9 de Abril Lista Bordo del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (SUTE). Coordinó el proyecto Herencia Viva, que recupera la memoria colectiva del pueblo mendocino, y participó en la Asociación de Educadores Paxtequina («Amanecer» en lengua huarpe milcayac). Integró, asimismo, el colectivo de investigación, divulgación y rememoración históricas La Hidra de Mil Cabezas, para el que escribió diversos poemas y un poemario. Forma parte del grupo de lectura Mujeres de los Confines y está vinculada a la Asociación Pampeana de Escritores (APE). Fue socia de SADE. Es autora de los libros Memoria del Pedernal (Mendoza, ECM, 1995), Oído de Pájaros (Mendoza, Canto Rodado, 1998), Manuscrito de Los Desterrados (Mendoza, ed. de autora/FPC, 2011) y Porfía (San Luis, Libros de la Calle, 2016). Tiene obras inéditas. Poemas suyos aparecen en ediciones grupales, revistas, diarios y páginas web. Ha recibido algunos premios literarios y participado de encuentros de escritores. Sus poemas pueden leerse en su cuenta personal de Facebook, y también dentro de su página Poeta Nora Bruccoleri, en dicha red social.
El poemario que aquí compartimos consta de seis escritos. Los dos primeros, “La niña purépecha” y “El hilo de Ariadna”, fueron originalmente publicados en el cuadernillo de La Hidra de Mil Cabezas La niña purépecha y otros poemas, colección Parnaso en Llamas, nro. 3, 2011, págs. 13 y 23-24. “Eternidad al contraolvido”, dedicado al escritor argentino Vicente Zito Lema cuando aún vivía, vio la luz hacia el año 2016, como parte de la obra Porfía, págs. 53-54. El poema “Izquierda” que da nombre a la presente selección, igual que “Tercer Malón por la Paz” y “Atardecer”, que cierran el poemario, son composiciones muy recientes, de estos días de agosto de 2023, y han sido publicadas por la autora en su página. Nuestra profunda gratitud con Nora por habernos permitido reeditar seis de sus creaciones poéticas en nuestra sección de letras Naglfar.
Hace más de diez años, en el prólogo a La niña purépecha y otros poemas, nuestro compañero Federico Mare señaló que la poesía de Bruccoleri, más allá de su valor estético, “tiene hondas y profusas raíces en la historia contemporánea de Argentina y América Latina toda. Remembranzas de la rebeldía obrero-estudiantil de los años 60 y 70, ecos amargos de la dictadura y el terrorismo de estado, críticas lacerantes a la impostura de la democracia burguesa restaurada… La poética contestataria de Nora, en sus dos grandes matrices –la matriz de denuncia contra el accionar inhumano del poder y la matriz de homenaje a sus víctimas insumisas–, está henchida de puentes al pasado, saturada de evocaciones históricas. Y también, desde luego (el presente es sólo el último eslabón del pasado), su poesía se halla consustanciada con las realidades del nuevo siglo, fundida con los problemas y desafíos urgentes del aquí y ahora. Quita el velo a todas las opresiones sociales que hoy, como ayer, ensombrecen la existencia humana: la explotación del trabajo por el capital, la violencia represiva de los uniformados, el flagelo de la miseria y el hambre, la tiranía imperialista y el horror de la guerra, la pervivencia vergonzante del patriarcado… Pero también echa luz sobre las resistencias desde abajo, las oposiciones subalternas y subterráneas, las luchas colectivas y anónimas del proletariado, de las mujeres, de los pueblos originarios, del campesinado, de docentes y estudiantes, de la comunidad LGBT, del movimiento piquetero… ese mosaico de rebeldías tenaces en el que avizora, con los ojos de la esperanza, las playas doradas de la ínsula Utopía, el mundo nuevo de la humanidad emancipada… En otras palabras, el socialismo del mañana”.




La niña purépecha

A la memoria de Daniel Rodríguez Musri

La niña purépecha
afirma
desde su cabellera locuaz,
inspiradora de frescas tildes
todo el estropicio de la mentira.
Su mirada la silencia,
traspasa las palabras.
Con gesto imperecedero
salva al ojo de la historia
desde una foto.
Las manos del retrato
se apropian del tiempo
para quedarse en su esencia
pulsando el rostro
que habla callando,
tomándolo
como al tazón nutricio
con los dedos de lo espontáneo.

Nota.— Poema inspirado en la fotografía Nativa purépecha (véase más arriba), del fotodocumentalista argentino Daniel Rodríguez Musri, fallecido hace dos años. Fue tomada en Pátzcuaro, México, en 1995, y forma parte de la serie Los olvidados. Los purépechas son un pueblo originario de Michoacán, en el Occidente mexicano. Este es el blog del fotógrafo mendocino: http://danielmusriphoto.blogspot.com.


El hilo de Ariadna

Al colectivo La Hidra de Mil Cabezas

Contrariar la omisión
y los tumbos
que ejecutan injurias,
con las gestas que inciten
desde los anales
consagrados a cercar extravíos.
Como heraldos de proezas
consternar a las derrotas,
indagando hasta el fondo
de lo adverso
para erigir lo auténtico.
Atestar con señales
que cristalizan el buscar
como rumbo
de cabales réplicas
a despecho del desarraigo.
Propagar el coraje
de las convicciones,
ser cronistas a porfía
el bregar,
cedido por los que anticiparon
brújulas de rebeldía.
Memorar honorables fastos
a dentelladas
con serviles condenas,
que mancillan
preguntas y respuestas
espigando la intención
de lo fraterno.
Historiar el hallazgo
de pujantes identidades
en el andamiaje
de nuestros mayores,
ellas desgracian
la prueba del abandono.
Con el designio
de lo antagónico.
recorrer lo concluyente
del tiempo
rescatando enseñanzas
de pugnas,
descifrando ventajas
y perjuicios,
valorando la firmeza
de la contradicción,
aceptando el fluctuar
de las debilidades,
del errar.
Y con el esmero
de legiones escrutadoras
entre vestigios decisivos,
zanjar la ingratitud
ante sumisos ocultamientos
desde índices veraces,
que descubren los modos
para desenmarañar
el hilo de Ariadna,
y traspasar elegíacas eras.
Impeler contra lo que resigna,
tergiversa, desvía.
Perder al voraz olvido.
Evocar abatidas, triunfos,
trayectos filiales,
para ser retoños
de antiguas resistencias
con resuelta índole
pergeñada en el persistir.
La épica de los muertos
asola desmemorias
y desagravia a velados temples
que libran contiendas
encumbrados en cada presente.

Nota.— En julio de 2011, La Hidra de Mil Cabezas editó, en el marco de su colección Escrituras Tangenciales, un cuadernillo denominado El hilo de Ariadna: filosofía de la memoria e historia desde abajo. La autora se inspiró en esta obra para la escritura del poema.


Eternidad al Contraolvido

a Vicente Zito Lema

Con la porfiada pólvora
de la poesía
y el sol de las araucarias
resucita uno a uno
los gallos sin término,
desde el único cielo
que vence a la muerte
en el amparo del rito,
por labriegos retornos
que espantan medallas
de humillación.
Montado en el dolor
agiganta el peso de escribir,
para volverlo rocío
en el desierto que espera
una señal,
él la historia de fortaleza
entre las flores
de ese ciruelo
que obedeció el mandato,
ser belleza
en los talleres del devenir.
Vicente se marchó
con el silencio de un fagot
para poder más
por quienes se quedaron
en nuestras vidas
cuando los desaparecieron.
En las pinceladas de Van Gogh
confirmó la permanencia
de respuestas,
el destierro martilló
para que los amados nombres
salvaran la nave del regreso.
A pura palabra
que la lluvia siempre escucha,
eleva del infierno
que pisamos
el nomeolvides del corazón,
que se arma contra la maldad
entre panes y dibujos
de poderosas alegrías,
las destinadas a defender
desde el parapeto de la memoria
la inocencia de la música
y el amor de quienes
seguimos extrañando
junto al plato caliente
de la esperanza.


Izquierda

Entre horizonte
de oleajes
y cumbres
por las manos
que se dan
sin dudar
ante el prodigio
que siembra
desde la verdad
aprendida al vivir
es brote anillado
a la confianza
multiplicando
el buen sentido
de elegir
a sabiendas
las flores
como índices
de certezas
así los aromas
recién horneados
para nutrir
la belleza
de no perder
estatura y peso
en el rumbo
donde las semillas
vencen al mal tiempo
y aseguran
frutos enteros.


Tercer Malón por la Paz

Para que los reservorios de agua
no los silencien con la altivez
de la desgracia
recorrieron las comunidades
luminosas de lo originario
miles de kilómetros miles
negando lo lastimero
de la historia que les niega
y con la profundidad
que revelan los pasos
ancestralmente impresos
en el semblante de la tierra
llegaron a la capital
más de cuatrocientas comunidades
para marchar contra ultrajes
repetidos como maldición
pero enfrentados con la voluntad
de vientos y contravientos
donde el persistir
tiene sentido tutelar
apostado en lo solar en lo lunar
para detener la soberbia
que como peste
retrata muerte
y se llama extractivismo.
Llegaron y acamparon
con la definición
del reclamo cristalino
en defensa encendida
por el territorio vibrante
que madura bienes
tan comunes como naturales
para apagar lo aborrecido
de una reforma voraz
de persecuciones y martirios.
Jujuy palpita en la firmeza
impulsa el soltar amarras
abriendo los frutos de la ira
para avanzar sin resignación
desde el manantial de lo fraternal
siendo malón
alumbra como latido
de arco iris que brega y labra
en paciente respuesta
con signos de batalla
contra el ser ignorados
como pueblo que salva
en los hálitos de su destino
el naufragio del litio
y los salares de la dignidad.


Atardecer

En lo ventanal
que atardece
me acomodo
las alas de mirar
el cielo
y la calma
asombrando
con nubes
de claridades
afortunadas
al conocer
el cristal
que hace añicos
cualquier elección
del mal
y exhibe huellas
donde el esperanto
es lámpara
a encender
cuando se apaga
la candela
del sol
y la voluntad.

Nora Bruccoleri