Ilustración original de Andrés Casciani
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Nota.— Para celebrar el primer aniversario de Kalewche, se nos ocurrió invitar a tres poetisas que ya han colaborado con nuestra sección de letras Naglfar –las argentinas Carla Mbarroso, Nora Bruccoleri y Viviana Hidalgo– a escribir tres poemas. Todas ellas tuvieron la generosidad fraternal de aceptar la propuesta. Y los poemas que nos enviaron no nos han defraudado en lo más mínimo, por cierto. Son belleza y hondura para el espíritu, pura ambrosía literaria para el alma. Publicar sus versos es un honor y un deleite que no tienen precio…
Nuestra gratitud infinita con Carla, Nora y Viviana por su poesía pregnante, “arma cargada de futuro”, como la quería Gabriel Celaya cuando publicó sus Cantos iberos (1955); y como la supo luego transmutar en música, en guitarra y voz, un tal Paco Ibáñez. A nuestras amigas del Parnaso va dedicada la canción “La poesía es un arma cargada de futuro”, compuesta e interpretada por el gran juglar rojo de España para su segundo álbum de estudio, Paco Ibáñez 2, hacia el año 1967, desde su exilio parisino, cuando en su patria, igual que en Argentina, reinaba la dictadura, el oscurantismo y la censura (allá el franquismo, aquí el onganiato).
Aquellos lectores y lectoras que quieran profundizar en el sentido metafórico de nuestro nombre mítico y marinero, tan presente en los versos de las tres poetisas, pueden leer el ensayo “La fantasmagoría de Kalewche”, de Federico Mare. Y algo más, lo último: en la ventana Autores del menú, podrán hallar algo de información biográfica acerca de ellas.



EL BARCO ERRANTE

El barco antiguo
y errante
que surca
heladas aguas
en el sur del mundo
sabe
que el mar es inhóspito,
porque lo ha recorrido
y reconoce los designios
de los hombres
que él ha visto.

Las distancias,
blandas y alargadas,
recrudecen
ante la mirada nubosa
de los desconocidos
y aumentan la zozobra
de los marineros en vilo
que recorren solícitos
el mar de nuestra historia.

Con las rojas velas
desplegadas
en el vaivén anodino
de la eternidad
–o la desmemoria–
la nave viaja
precedida
por una niebla densa
que emerge del frío
como expiración sufriente
de algún muerto vivo.

Sobre su cubierta
misteriosa
sólo las noches
se iluminan
e invitan al regocijo
de una música compartida.

Salvo que recibas
la invitación personalísima
de renovar tus poderes
y acrecentar la magia
sobre los pueblos vecinos,
¡no lo mires!
No levantes tu mirada
hacia el extraño navío
si no estás dispuesto
a ser parte de su brío

Solitaria odisea
la del Kalewche íntimo.
Borroso su mar,
pleno de hielos
y de temporales persistidos.
Escondido el horizonte,
sigue su recorrido
con su tripulación de brujos
que conocen el secreto
de las aguas en invierno
y de la neblina
que es olvido.

Carla Mbarroso



KALEWCHE

Con la fortuna de las leyendas
y la lucidez que inspira
a lo épico
esta embarcación manifiesta
las aspiraciones de la rebeldía
como de lo fantástico
mientras atrae para atravesar
la carnadura de la historia.
Semana a semana
zarpa desde el empeño
de razonar con relatos identitarios
para rastrear al verbo insaciable
de las querencias
a la fecunda visión
proletaria de las voluntades
que trascienden lo ancestral
de remotos mares, puertos,
realidades e imaginerías.
Kalewche Barcoiche
resplandece no sólo en la noche
y con neblina
el mago prodigio
de su metamorfosis
que nos insurrecciona
con palabras
desde el continente del énfasis
por osadas utopías
ahogando abismos
entre revueltas y tradiciones
pujantes de horizonte.
Y a contraviento
de los sinsentidos,
del absurdo y los destierros
nos seduce como tripulantes
con los papiros
de su andadura
como el barco nórdico
de uñas
que inmortaliza
una piedra rúnica.
Así honrando revoluciones
y beldades
mientras se navega
a perpetuidad
con la brújula roja
predilecta de los bucaneros
que asaltan las costas
del más acá
y más allá.

Nora Bruccoleri



EMERGER, UNA VEZ MÁS

Un mar es un mar
pero un abismo
es un vacío inalterable
En la razón mesurada,
en la pasión que predomina
solo las entrañas saben gritar
Decir lo que ya no es ilusión
resistiendo al silencio mortuorio
Las palabras renacen
una y otra vez
cuando comprendemos
que la vida no alcanza…
Navegar para traspasar los muros
buceando por los rincones más profundos
Encadenando eslabones perdidos, olvidados
recomponiendo la historia como retazos
de una manta que cobija la verdad
¿Para qué? Para encontrar el sentido
a un mundo que se viceversa a sí mismo
Para poder levar anclas y ¡resurgir!
Lo intangible se intensifica y
los sonidos de tambores ya se pueden oír…
En este viaje, que no tiene fin,
lo espectral no busca reposo
como un alma irredenta
que solo desea la libertad
La tempestad no es estorbo
y la figura fantasmal emerge
una vez más
Para transformar, para recordar
las raíces inmemoriales
de nuestra identidad
Todo vuelve a aparecer,
todo vuelve a comenzar…

Viviana Hidalgo