Ilustración original de Andrés Casciani
¡Ya salió el sexto número de Corsario Rojo, la revista en PDF del semanario Kalewche! ¡Al fin! Abajo les dejamos el editorial, y más abajo el enlace de acceso y descarga. Todo el material es de acceso 100% libre y gratuito. ¡Nada de pay-per-read! ¡Ningún trámite de registro! Aborden, lean, discutan, propaguen…
DEUTEROS PLOUS
No son buenos tiempos los nuestros, ni para la piratería ni para la criticidad. Mucho menos en los tormentosos mares del sur. Azotado por fuertes tempestades, Corsario Rojo estuvo a punto de naufragar. Pero un navío insurgente no es presa fácil, ni de los huracanes ni de los navíos de línea de quienes gobiernan el mundo. Nuestra proletaria marinería ha hecho frente a las dificultades, reconstruyéndose en alta mar y sin tocar puerto, como la célebre embarcación de Neurath. Digámoslo menos metafóricamente: por dificultades financieras y operativas (entre ellas la estanflación reinante en la Argentina de Milei y la imposibilidad de sostener un ritmo de trabajo tan frenético para nuestro modesto colectivo editorial), nos vimos en la necesidad de espaciar nuestra periodicidad, pasando de la trimestralidad por temporadas a una semestralidad de plazos más flexibles, aunque –confiamos– sin demoras abusivas.
Pero a mal tiempo, buena cara: hemos aprovechado este ajuste no deseado para encarar una renovación en el diseño general, en la estética de la revista. Desde ahora, Corsario Rojo tendrá portadas –en color– y separadores de secciones –en blanco y negro– ilustrados por el genial artista argentino Andrés Casciani, a quien ya conocen por sus magníficos dibujos para Kalewche, el sitio digital que es nuestro puerto, nuestro refugio.
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Aprovechando también el golpe de timón, en este primer número de la segunda época de nuestra navegación quisimos ofrecer un panorama lo más abarcador posible del estado del mundo intelectual y de nuestras preocupaciones. Para ello, hemos reunido cinco ensayos, una entrevista y una recensión bibliográfica.
La sección Bitácora de Derrotas contiene tres textos. En el primero, “Crítica y dialéctica en la modernidad (el pensamiento crítico de Descartes a Marx)”, Carlos Herrera de la Fuente encara una rápida y punzante crítica filosófica desde coordenadas políticas y estilísticas en las que nos reconocemos ampliamente, aunque con un sustento teórico diferente al materialismo crítico de raigambre ilustrada que expusimos en nuestro Manifiesto Kalewche. Pero nos parece fundamental que las publicaciones de izquierda puedan contener diversidad de perspectivas, y alentamos los debates. En el segundo artículo, “Los dilemas del ecologismo: la perspectiva de un topo”, Ariel Petruccelli ofrece una amplia panorámica del estado actual de las controversias en el movimiento ecologista, reivindicando la necesidad de los análisis de clase y propiciando una orientación comunista y revolucionaria. Por último, Mauricio Suraci explora con fineza y holgura los encuentros y desencuentros entre dos de las principales tradiciones emancipatorias: “Marxismo y feminismo. Una aproximación a sus intercambios”.
La sección Mar de los Sargazos consta de dos entradas. En la primera, Federico Mare reseña con mucha amplitud y generosidad una obra reciente de crítica literaria y artística. “Catálogo de ficciones medievales, o lo nostálgico no quita lo lúcido. Acerca del libro Edad Media soñada, de José M. García de Fórmica-Corsi” es uno de esos textos que, dada la temática que contiene y la estrechez de miras al uso, pocos imaginarían presente en una publicación teórica de la izquierda revolucionaria. Pero buscamos ser fieles a la vieja máxima “nada humano nos es ajeno”. Más convencionalmente, en la segunda entrada de la sección, que lleva por título “El tiempo de las cerezas en el cine”, Carlos Valmaseda nos ofrece un ameno periplo por la filmografía de la Comuna de París, hito de la lucha de clases muy caro al imaginario revolucionario, no sólo en Francia sino también a nivel universal, incluyendo, por supuesto, a la vieja Unión Soviética, que supo estar a la vanguardia del séptimo arte ya desde los tiempos pioneros del silente.
Por último, en nuestra sección Al Abordaje ofrecemos dos traducciones. La primera es la traslación al castellano de una entrevista –originalmente publicada en francés– que Fabien Delmotte le hiciera a Russell Jacoby para Le Comptoir, y que hemos retitulado “¿Claustro o tribuna? ¿Diversidad o criticidad? Intelectuales, izquierdas y posmodernidad”. El segundo texto es la versión castellana de una extensa reseña crítica que S. Ranger, W. I. Robinson y H. A. Watson hicieran en ocasión de la reedición de un libro clásico. El título lo dice todo: “El culto al Marxismo Negro, de Cedric Robinson. Una crítica proletaria”.
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Hace un siglo, cavilando sobre las dificultades y los infortunios que conlleva siempre el quehacer periodístico e intelectual cuando se asume un compromiso de parresía (compromiso que lo aleja de los favores del poder estatal y las ventajas de la riqueza capitalista), el anarquista argentino Rodolfo González Pacheco, viejo lobo de mar del activismo revolucionario, curtido por un sinfín de adversidades (censura y persecución, arrestos y encarcelamientos, golpizas y torturas, clandestinidad y destierro, falta de recursos, etc.) escribió estos párrafos llenos de luz y sabiduría:
“¿Qué es cualquier obra, de justicia o de belleza, que te propongas, sino un sendero que tienes que laborar en la piedra y en el fango, tender sobre los abismos y, al fin, arrojarte tú, moribundo de cansancio, para hacer con tu sustancia un paso más? Nada termina, tú sabes. Si no mueres, te levantarás de nuevo magullado y dolorido, pero con la visión de tu destino intacta.“
“El fracaso sólo escarmienta al flojo, al que es virtualmente amargo. Y éste, no es de sus caídas de donde saca las lecciones de desánimo que luego intenta dictar a los animosos, sino de su propia nada, de su fatal flojedad. Es su carencia de todo –fuerza, valor, ideales– lo que en él habla.“
“¡No, no! Grabemos en nuestras vidas esta tabla de ley de los fuertes: los caminos se hacen sobre cosas propias, impregnadas de gotas de sudor o de sangre; florecidas de canciones o de llantos. Que así, y no de otro modo, caminó siempre el verdadero hombre. Hemos colmado un abismo, desalojado un vacío, caratulado una etapa. Ahora, tomemos rumbos y vamos. ¡Adelante!“
También Corsario Rojo ha “caratulado una etapa”. Tripulantes perseverantes, tomamos rumbos y vamos. Contra viento y marea, hacemos nuestro el “¡Adelante!” de Pacheco como grito de combate. Es un adverbio con hondas resonancias utópicas en la tradición de izquierdas. Así bautizaron los socialdemócratas alemanes al diario que fundaron en 1876: Vorwärts, donde colaboraron autores de la talla de Engels y Trotsky. Y así se había llamado –pero con signo de exclamación– aquel mítico periódico parisino de comunistas y radicales exiliados que, durante todo 1844, dio voz a intelectuales como Marx y Bakunin: Vorwärts! Y no olvidemos que el socialismo argentino, en gran medida, nació allá por 1882 en torno al Verein Vorwärts, «Unidos Adelante», un club político de emigrados socialdemócratas alemanes radicados en Buenos Aires; el cual fundó, cuatro años después, un periódico bilingüe, también llamado Vorwärts.
Pero para seguir adelante, necesitamos su apoyo. Hacemos un llamamiento solidario a colaborar con el sostenimiento económico de nuestro doble proyecto a pulmón, los hermanos marineros Kalewche y Corsario Rojo. De veras precisamos su ayuda fraternal, su «mecenazgo desde abajo», para que esta quijotada político-intelectual y artístico-literaria pueda hacer realidad la utopía subversiva del ar-er-ir: durar, crecer y cundir (dentro del capitalismo y contra el capitalismo). Aportes nuevos o actualizados serán bienvenidos.
¡A bordo! ¡A navegar! Un barco fantasma y otro de piratas recorren el mundo, haciendo ondear las banderas rojas y negras del comunismo antiautoritario.
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En la antigua Grecia, igual que en tantas otras culturas, las gentes de mar tenían un frondoso e ingenioso argot. Una de las expresiones náuticas más características del pueblo heleno era deuteros plous. Cuando no había viento favorable que hinchara las velas de los barcos, cuando era menester utilizar los remos para llegar a puerto, los marineros decían deuteros plous, «segunda navegación». Era una singladura más lenta, pero también menos sinuosa e incierta, pues ya no se dependía de los caprichos del dios Eolo.
Platón empleó la expresión deuteros plous como metáfora, en el Fedón. La filosofía es al pensamiento lo que la «segunda singladura» es a la náutica: un método menos rápido, sin la inmediatez o instantaneidad del sentido común, pero también más confiable en cuanto a sus frutos.
Quienes hacemos Corsario Rojo en circunstancias adversas, sentipensamos la «segunda época» que aquí comienza –el tránsito de la periodicidad trimestral a la semestral– como un deuteros plous. Más tiempo, menos prisa, más seguridad. Ojalá nuestros lectores y lectoras vivencien este cambio de la misma manera. La navegación a remo no carece de encanto…
Nos toca remar, sí. Pero seremos remeros libres, no galeotes.
Colectivo Kalewche
Mayo de 2024