Ilustración de Luis Scafati para la portada de Las cosas hablan, de Juan López.




Nota preliminar.— El jueves pasado, en la Feria del Libro Mendoza, el poeta argentino Juan López presentó Las cosas hablan. Textos reunidos, 1999-2022 (Godoy Cruz, Blankspot Storytelling, 2022), con ilustración de tapa de Luis Scafati y prólogo de Christian Kupchik. En la presentación de la obra, además de López, hablaron Scafati y el escritor y periodista Alejandro Frías. Pero no pudo hacerlo el prologuista, quien lamentablemente falleció hace pocos días en Buenos Aires, dejando un valioso legado literario como autor, traductor y editor.
Las cosas hablan es un ebook que recopila toda la producción poética de Juan, desde su ópera prima Poemas (1999) hasta el reciente Carcome (2020), pasando por Ciclos vitales (2001), Mirá (2005), Arañas (2009), Notas de agosto y otros poemas (2011), La palabra taxi y otros textos (2013) y Sept poèmes (2014). Pero no solo recopila, pues también incluye, al final, un nuevo volumen, inédito hasta ahora: Puro presente (2021). De este último poemario proceden los diez textos que aquí publicamos, con permiso del autor, a quien le agradecemos su gentileza.
En el prólogo, titulado “Juan López, el habitante de los átomos”, Kupchik cita al poeta y advierte a sus lectores: “El primer poema que abre el primer libro de Juan López […] comienza diciendo: ‘si hubiera direcciones/ flechas marcadas/ tontos avisos/ esto no sería/ ni siquiera /un abismo/ no se podría caer/ no habría caminos truncos/ grietas/ ni sogas al cuello/ ni hombres/ perdidos’. No hay direcciones, flechas marcadas o tontos avisos. Nada de eso tiene que ver con la poesía, y allí radica el riesgo”. Más abajo, insiste: “…no hay «direcciones, flechas marcadas o tontos avisos» en la poesía de Juan López. Todo lo contrario”. Y el prologuista acota: “Lo que existe, sí, es la voluntad de comunicar la experiencia, de forma clara y directa, pero a partir de una substancia no siempre visible que nos revela ‘otra cosa’, que nos hace participar de aquello que tenemos a mano, las señales extraviadas del mundo exterior para conducirnos, imperceptiblemente y a la vez, a un pathos filosófico…”. En la poesía de López, el mundo exterior puede ser “El barrio, las afueras, la montaña. El periplo por ese exterior, que acaba por alcanzar las cumbres, a través de la mirada del poeta le da un sentido nuevo a las pequeñas acciones cotidianas, de pronto asfixiadas por el agobio de sus significados”. Saber vincular lo leve y lo grave para dar sustento a la idea de infinitud –pensaba T. S. Eliot– es “un mecanismo de sensibilidad capaz de devorar cualquier tipo de experiencia”. Ese voraz mecanismo de sensibilidad, señala Kupchik, está presente “plenamente en la poesía de López, quien contra todo paralelismo comparativo logra que sus líneas converjan desde los puntos más lejanos, haciendo coincidir lo sagrado y lo profano, rechazando de manera explícita la ceguera frente a la multiplicidad de lo que existe en beneficio de un detalle, una partícula que da sentido a la totalidad sin nombrarla”. “De allí su eficacia y actualidad: López produce textos inestables, abiertos, móviles, que procuran la reconciliación de lo contradictorio con lo heterogéneo. No copia modelos, no reproduce nada, tampoco fantasea: es un hacedor que simplemente se sirve de cuanto tiene a mano. En López la imaginación es función de la realidad”.
En una de las primeras páginas del ebook, hay una suerte de «advertencia al lector» que dice mucho de una faceta distintiva de nuestro autor: su fino sentido del humor y la ironía. Entre otras cosas, se puede leer allí lo siguiente: “El autor nació y reside en una región montañosa y vitícola del suroeste de Sudamérica, junto a esa columna vertebral que es la cordillera de los Andes. Sin embargo, quien lea encontrará pocas o ninguna referencia al paisaje. Se trata de composiciones que no están centradas en el entorno físico sino más bien en ambientes o situaciones sociales, cotidianas, políticas, morales. Las cosas hablan: lo inmediato quiere decirnos algo. El autor nos cuenta que eligió especialmente la expresión ‘textos reunidos’, convencido de que ‘poesía reunida’ hubiera sido un abuso. Sostiene: ‘Que alguien se diga poeta o cante a los cuatro vientos sin cesar que escribe poesía no es garantía de que la poesía suceda. La presunción poética resultaría ser entonces nada más que eso, una presunción’”.
El libro incluye esta noticia biográfica acerca del autor: “Juan López nació en 1962 en Mendoza, Argentina, donde reside. Se ganó la vida como artesano, cartero, cobrador y docente. Licenciado en Letras, se especializó en corrección y edición de textos y en redacción periodística. Para publicar sus primeros poemas, creó el sello Ediciones Simples. Ha ofrecido numerosos recitales poéticos y participado en festivales nacionales de poesía. Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués, alemán, inglés, francés y griego. En papel, publicó Poemas (1999), Ciclos vitales (2001), Mirá (2005), Arañas (2009), Notas de agosto y otros poemas. Antología (2011), La palabra taxi y otros textos (2013), Siete poemas (2014), La palabra taxi – Ciclos vitales (2017), Co(n)razón (2018) y Carcome (2020). Es autor del blog Payador incorrecto”. Tiene asimismo una página web, www.juanlopeztextos.com.ar, que recomendamos visitar.
Quienes viven en Argentina, pueden adquirir el epub de Las cosas hablan desde la página web la editorial. Quienes residen en el exterior, tienen la opción de comprarlo en Amazon.



Interrogaciones

si es cierto que la escritura nació
como una forma de marcar
en la tapa o cubierta de un recipiente
lo que contenía
si había 10 o 20 cueros en un atado de cueros
si había tales o cuales objetos dentro de una vasija
tal vez hoy
que seguimos escribiendo
debamos preguntar
qué hay adentro o abajo o detrás
de estos signos que marcamos
¿hay alimento?
¿hay abrigo?
¿piedras preciosas?
¿monedas?
¿herramientas?
¿un animal muerto?
¿unas armas?
¿unos objetos perdidos?
¿cenizas?
¿o no hay nada más que palabras
y lo que vienen guardando o trasladando o soportando desde siglos?
¿pero habrá algo más?
¿nos señalan algo?
¿debemos atender su sonido?
¿existe la no palabra?
¿y qué es el significante?
¿esa estrella que ha muerto pero brilla y nos muestra lo que ya no es?
¿y por qué escribe la persona que escribe?
¿lo hace para ella
o para otra
seguramente
desconocida?
¿para no olvidar?
¿por necesidad?
¿por placer puro por puro impulso?
¿por contaminación?
¿por desdicha?
¿por reviente y para no reventar?


Arqueólogo

buscaba continuamente hacia atrás hacia las raíces los tubérculos el suelo las profundidades el pasado detrás de las genealogías y de las viejas tías detrás de los detrases y bajo los abajos perseguía tradiciones colgadas de canciones recolectaba sueños sumergidos nacimientos idos mármoles partidos orígenes rotos caminos borrados huellas perdidas lazos cortados hasta llegar al fondo de todo donde todo tenía nombres raros y aspectos inesperados por eso decía que ahí estaba el principio el origen fogonazo la sinfonía afónica la narración agónica de quienes nos antecedieron o cedieron antes sin imaginar todas las supersticiones


Lo sagrado
               
soy un sacerdote laico y autodidacta
no pertenezco ni convoco ni respondo a ninguna congregación
de mañana trabajo de empleado público
siete horas en una oficina escribiendo y ordenando papeles
el resto del día soy un predicador
llamo periódicamente a mis familiares y a mis amigos y les pregunto cómo están
si necesitan algo
si ellos me preguntan les digo que estoy bien aunque no sea verdad
a veces me cuesta poco esta mentira
pero otras veces
cuando la tristeza me ahoga o la pena me hace tiritar
decir «estoy bien» me resulta complicado
en la calle hablo con las personas que se me acercan
siempre tengo una palabra de consuelo
esa es mi vida
solo me importa hacer el bien y sé que eso es lo único sagrado
no acepto ningún tipo de pago por esta tarea
obviamente no soy el único
hay tanto dolor en el mundo


Renacimiento

la belleza nos excede
la tragedia también
tal vez por eso
sin razón
alguien le roba tiempo a su tiempo
y lo dedica a otro
ese otro hace lo mismo y así otro y otro
la costumbre se extiende


Oración a la luna llena

qué es esa luz
tan distante
tan brillante
tan bella
que nos ilumina algunas veces sin que lo pidamos
puedo verme las manos
puedo ver tu cara imaginar tu alma
el perfil de los techos los árboles
debo volver a hacer preguntas
pero antes
tengo que darte gracias
luna
de algún modo


Borrador

no existe lo sobrenatural
las voces de los muertos que se escuchan claramente a veces en la noche nacen de tu imaginación
no es posible predecir el futuro
las corazonadas que has tenido y se han cumplido son pura casualidad o producto de tu poder de
/fantasía o de tu necesidad de coincidencia
el amor es otra entidad misteriosa
los otros están ahí apenas para confirmar o amenazar tu existencia o tu cordura
el milagro de la flor recibe de pronto un pisotón o un tijeretazo
cuando la vida concluye tu conciencia se esfuma irremediablemente
hoy es hoy y nunca será otra cosa
no estamos de paso


Sobre la pureza

¿es de oro
una cadena de oro
que tiene un eslabón
que no es de oro?


Colores

tomá el lápiz
acá
así
en el papel
mirá
este es el rojo
rojo
rojo
así
no
vos
dibujá vos
bien
muy bien
tomalo así
no
así no
así
amarillo
este es el amarillo
a
ma
ri
llo
y este el azul
a
zul
a
zul
hermoso
viste
no es tan difícil
ahora con el verde
este es el verde
a mí me encanta
ver
de
ver
de
ahora dibujá sin mi ayuda
hermoso
hermoso tu dibujo


Benteveo

el benteveo es un pájaro
un canto amarillo
un espíritu que se queja
o que llama
todas las tardes
algunas mañanas
llega a nuestro patio
y reclama
viene solo
se anuncia con un largo iií
intermitente
quién pudiera interpretarlo
(intento responderle
y fracaso)
es esquivo y volátil
toma comida
y parte
es agosto
es la mañana
nadie habla bien del tiempo
nadie habla
en las montañas
estamos solos
pensando en nada
y de pronto él regresa
y canta
no es posible acercarse
tomarle fotos (para qué)
sostenerle la mirada
es frágil su presencia
esperada
es de otro mundo
y de este
en el que irrumpe a veces
aunque nadie lo llama
belleza y misterio
de la rama vacía
que se agita
y parece saludarlo
cuando escapa
el silencio se rompe
una vez más
la luz lo extraña
no sabemos por qué
algo viene
y se va


Puro presente (enésimo carpe diem)

cada mañana se despierta
y comprende y comprueba que aún le queda un día
tal vez no sea realmente así
pero cómo saberlo
así que aprovecha no cada segundo sino cada centímetro de luz
cada respiración aunque olvide que respira
e intenta estar donde está
hacer lo
que hace
mirar lo que ve
ya sin sueños demasiado futuros
aferrado a la tierra aquí y ahora
como un árbol bajo el huracán
erguido
inseguro

Juan López



Nota final.— En la presentación del libro digital Las cosas hablan, Juan López leyó en voz alta una prosa que escribió especialmente para la ocasión: “El tiempo y la poesía”. Como nos gustó mucho, se la pedimos para publicarla en Naglfar, nuestra sección literaria, junto a la selección de poemas, a modo de adenda. Pueden leer el texto aquí. Es un escrito breve pero hondo, a caballo entre la reflexión literaria y la meditación filosófica.